No quiero ese Ramo de Novia

No creo en el cartel del matrimonio como institución
de “hasta que la muerte nos separe”.
Ni en el compromiso vitalicio de la relación.
Creo en el amor como trayecto, y no como destino,
pues el amor es infinito mientras dura.
Y cuando deja de hacerte feliz,
el “contrato” de la relación se desvanece,
como la impermanencia de las cosas.

Hay anillos y altares
que obligan a buscar ojalases,
a buscar futuros y para siempres que casi nunca llegan.
Hay parejas que construyen una vivienda familiar
hipotecando sus respectivas parcelas privadas,
parcelas en las que ya no se cultivan ilusiones sino obligaciones.
Hay quienes ya no se echan de menos sino de más.
Y es entonces cuando la sombra de la dependencia emocional,
el desgaste, el control o los celos
hacen trizas a la espontaneidad
y a todo lo que un día fuiste como ser individual
No, yo no quiero ese Ramo de Novia.

Creo en el amor y en su magia,
pero sin cláusulas,
sin responsabilidades socialmente adquiridas.
Yo no quiero relaciones de cine de domingos,
de beso de buenas noches y pijamas
mientras las sábanas tiemblan de frío
La soledad que más duele es la que sufres cuando,
estando tumbado en la misma cama,
sientes un vacío enorme
y tragas silencios que no te salvarán de tus cicatrices.
Yo no quiero ese Ramo de Novia.

Cuando las canciones que suenan a ti se apaguen,
cuando tú busques un beso y por mi carmín no te lo quiera dar
,
cuando tus historias no me entretengan sino me taladren,
y cuando pesen más los recuerdos que las ilusiones...
No, yo ya no estaré allí.
Y me iré sin ese Ramo de Novia.

"Yo no quiero comerme una manzana,
dos veces por semana, sin ganas de comer”

Joaquín Sabina

Dibujo de Eugeni Serra @esv.eugeni.serra

Paula Fernández-Ochoa
@PaulaFdezOchoa
@VivircorRiendo
"Que a Reír no te Gane Nadie"


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