¿CORRER PARA VIVIR O VIVIR PARA CORRER?
Treinta y dos primaveras y todavía disfruto de la sensación del aire en la cara al correr como cuando era un niño y cerraba los ojos inspirando fuerte queriendo aspirar hasta el detalle más pequeño de lo que me rodeaba, inclinaba la cabeza hacia adelante como los corredores de la tele y así, hasta que las fuerzas alcanzaban, iba SUPER RÁPIDO. Mi nombre es Juan Carlos, soy corredor de ultradistancia y sabéis qué?, ese niño jamás me ha abandonado.
Llevo años poniéndome en la línea de salida de pruebas cada vez más difíles, bueno, para mí lo correcto sería decir que son cada vez más divertidas. Me encanta estar frente a un desafío, ese que te hace estremecer y dudar de tus posibilidades, pero finalmente ese niño interior, ese que todos tenemos pero pocos escuchan, me hace cerrar los ojos inspirar fuerte y al abrirlos puedo con todo, pero siempre con una sonrisa en la cara.

Creo que todos los corredores de larga distancia tenemos complejo de David ( el de Goliad ), el cruzar una meta tras veinte o treinta horas corriendo y unas cuarenta sin haber dormido, te hace sentir más grande que cualquiera de los gigantes, de ahí que creo que es una persona la que sale y otra totalmente distinta la que llega. Pero lo realmente duro no es la carrera, sino la preparación, hay una frase que lo resume perfectamente que dice:
“Las carreras se ganan en los entrenamientos,
el día de la carrera se va a recoger la medalla”
y realmente es así. Cualquiera de las ultras que he hecho este año han tenido de preparación media unas quinientas horas y unos mil quilómetros a pie, el día de la carrera queda diminuto al lado de estos números.

Podría explicar mil anécdotas sobre superación en momentos difíciles en la montaña, pero prefiero invitaros a salir ahí fuera, y poco a poco, con la ayuda de ese coraje que solo aflora cuando realmente es lo único que tienes, superéis vuestros propios momentos, porque la recompensa es brutal.
Siempre me preguntan por qué lo hago, ¿y por qué no?
Siempre me preguntan por qué montañas difíciles y peligrosas, porque están ahí, si no estuvieran hechas para ser subidas serían paredes infinitas.
Siempre me preguntan por qué correr, porque correr es lo que soy.
Juan Carlos
@juancarloscrazysport